Hace casi un año y medio, una persona que me había visto en un medio de comunicación presentando mi primer libro, me comentó durante un encuentro posterior que le había gustado todo lo que había dicho, salvo una cosa, la frase “si no estás en Internet, no existes”, alegando que si eso fuera cierto, su abuela no existiría. Enseguida le expliqué que, obviamente, no hablaba de existencia personal, sino profesional; pareció comprenderme, aunque no se quedó a gusto.
No me considero un especialista en redes sociales (sí lo es mi compañera en esta firma consultora), aunque el correcto manejo de la comunicación e imagen de personas y agrupaciones implica conocer bien todo lo relacionado con ellas, y después de muchas experiencias, unos cuantos meses después de la anécdota mencionada, solo puedo reafirmar aquella frase que me pronuncié casi inconscientemente.
No me considero un especialista en redes sociales (sí lo es mi compañera en esta firma consultora), aunque el correcto manejo de la comunicación e imagen de personas y agrupaciones implica conocer bien todo lo relacionado con ellas, y después de muchas experiencias, unos cuantos meses después de la anécdota mencionada, solo puedo reafirmar aquella frase que me pronuncié casi inconscientemente.