![]() Existen pocas situaciones más placenteras que la de aislarse temporalmente, perderse y tener la sensación de que nadie puede saber de ti, ni tú de nadie, sobre todo en casos de crisis personales o de acumulación de estrés. Sin embargo, no siempre es posible hacerlo, ya sea por tiempo o el absurdo miedo a la soledad. Por ello, en el libro ‘Génesis del Liderazgo’ introduje un concepto que puede servir como técnica para tratar de alcanzar esa paz mental, que ayude a enfriar y tomar mejores decisiones, sin necesidad de forzarla yéndose lejos o cerrándose eventualmente a otros: el marco. Inspirado en la obra de George Lakoff, 'No pienses en un elefante', aunque menos enfocado en el marketing y más en la percepción de la realidad, el marco se refiere a la construcción mental de nuestro ámbito de influencia, y nos permite identificar y comprender hasta qué punto debemos dar importancia a ciertas informaciones que circulan en el entorno, siendo capaces de evitar que nos afecten negativamente estemos donde estemos, sin necesidad de alejarnos, encerrarnos, o llevar a cabo reacciones poco recomendables. Lakoff sostiene que los marcos conceptuales son creados en el entorno, por los medios de comunicación y la publicidad, a través de la creación de determinados relatos, y no le falta razón, sin embargo, en ‘Génesis del Liderazgo’ cambio esta perspectiva, y sitúo en cualquier persona la posibilidad de crear su propio marco.
Aunque podemos crear y creer en diferentes tipos de marcos que determinen nuestra identidad y filosofía de vida, en el libro hablo de dos muy concretos y fáciles de explicar: el marco físico y temático. El primero, como su nombre indica, hace referencia a nuestra realidad física, lo que verdaderamente está a nuestro alcance y percibimos por nuestros cinco sentidos; el temático es la esfera pública, el flujo de información que circula a través de medios de comunicación, internet o terceras personas, es decir, aquello que no está a nuestro alcance y sobre el que nuestro poder de influencia se ve muy limitado, un ámbito que en los últimos años ha adquirido una relevancia mayor con la popularización de las redes sociales. El objetivo una vez interiorizados estos dos posibles marcos de realidad, es saber canalizar los estímulos que emitimos o percibimos en función de su procedencia, y así poder establecer prioridades y jerarquías. El marco físico está bajo tu control, o debería estarlo, por lo que depende de ti, de tus pensamientos y acciones, así como reacciones ante quien se encuentre ante ti. El marco temático no está bajo tu control, tan sólo puedes tratar de influir en él mediante distintas herramientas comunicativas que a la larga conforman tu prestigio y reputación. No es el fin de este artículo extenderme demasiado, así que cabe concluir señalando que la comprensión de este concepto y sus dos variaciones otorgan a la persona una nueva fortaleza, permitiéndole readaptar su marco físico, que sí controla, en función de sus intereses, sin necesidad de forzar una desaparición en caso de que así se desee, pues basta con centrarte en lo que quieras ver y tener la capacidad para tomar las decisiones adecuadas. Otro caso más complejo es el marco temático, pero este se conforma a medio y largo plazo dependiendo de lo que ocurre en la realidad física. No dejarse afectar negativamente por el marco temático y construirlo pacientemente desde nuestro espacio físico, en función de nuestros intereses, valores y creencias, es una de las claves de la génesis del liderazgo, y de la toma de buenas decisiones para el futuro.
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Miguel Ángel Matilla Blanco: coach, consultor y escritor
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Octubre 2017
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